Escuchar a Pérez-Reverte siempre es un placer, para mi, más que leerlo, y ayer en el Loco de La Colina no fue una excepción. Pérez-Reverte no se escusa por decir las cosas como las piensa, y a pesar de decir las cosas muy claramente, no da la impresión de pontificar. Se habló de guerras, de televisión, de escritura… Lo que más me llamó la atención es la pregunta que le hizo Jesús Quintero respecto a que si creía posible un poder honrado, un gobierno honrado. Reverte respondió que eso es imposible, que para llegar al poder, cualquier tipo de poder, las personas pasan por unos filtros que se encargan rápidamente de dejar atrás la honradez.
Este es un tema sobre el que he debatido más de una vez, cuando alguien dice que tal o cual político parece un buen tío, honrado y más calificativos positivos. Yo suelo decir que eso es bastante difícil por que para llegar a ser un político cabeza de linea tiene que haber pisado antes a mucha gente que también quería ese puesto.
Desde luego visto el panorama político, no creo que nadie sea capaz de rebatir esta opinión sin caer en la verborrea. Da que pensar.
Por cierto agradecer a Quintero que charlará con Reverte después de que terminarán los dos capítulos del Doctor House.
No tengo muy claro qué es lo que más te ha impactado de la entrevista, si el concepto de PODER o el de HONRADEZ, ¿con cuál de ellos te quedarías?
Yo creo que te decantarías por la honradez, pero ¿y si uno intenta alcanzar sólo un poquito de poder sin dejar de ser honrado? Que nadie lo haya hecho antes no quiere decir que no sea posible ¿no?
¡Venga, no te reprimas! ¡Sólo es cuestión de intentarlo!
Por tu respuesta interpreto que estás de acuerdo conmigo, ya que separas claramente los dos conceptos, me haces que elija uno. Honradez es la respuesta, pero siendo algo sincero, es una contestación fácil, ya que jamás he tenido poder.
Luego existe otra cuestión, y siempre entendiendo poder como el tener la facultad del sometimiento a otros, ya sea un poder político, el de la inteligencia o al tipo de poder al que yo soy más vulnerable, el de la belleza, sobre si todos los tipo de poder son iguales en concepto.
Y esto me da lugar a la respuesta final a tu pregunta, si yo ansío algo, en este caso la belleza, y para alcanzarla deseo poseer algo que la tenga (una mujer, un cuadro, un manuscrito) me estoy sometiendo a ella por el propio deseo. Por eso es que cuando uno ansia el poder es muy posible que una de las primeras virtudes que ha de someter (uno se somete para someter) sea la honradez.
¿Esto es así siempre?, bueno… creo que la manipulación genética en el futuro hará milagros.
Lo realmente importantante no es ser honrado o no cuando se alcanza el poder, sino lo adecuadas que se hagan las funciones propias del puesto, es decir, uno puede tomar decisiones acertadas en la deshonra y equivocadas siendo recto, de hecho el mundo se mueve por decisiones hechas, y no por hechos de honradez.
Con todo esto no se si digo o dejo de decir pues ni el aquí escribiente sabe muy bien el significado de lo que intenta especificar, o sea , nada, pues mis palabras son corruptas aún en ausencia de poder
He de decir que estoy impresionado, ante tu comentario Alveolo, ya que dices tantas verdades en tan poco espacio que abrumas.
Por otro lado y solo por discutir un poco, ¿Estas seguro que no tienes poder o que nunca lo has tenido?, Te pongo un ejemplo, Estas seguro que nunca has usado tu poder de, por ejemplo, ¿ser el hermano mayor?, ¿nunca usaste tu mayoria de edad para aprovecharte de un inocente hermano pequeño al que le quitaste los juguetes, o lo utilizaste de mando a distancia?. Si es asi, y desconociendo por completo tu identidad, ¿no crees que siempre has tenido poder aunque sea un poco?.
Yo también vi la entrevista, y asimismo me llamó la atención el tema de la honradez y el poder. Estoy absolutamente de acuerdo con lo que dijo el Sr. Reverte. Trabajo en un ayuntamiento más de 10 años y en la medida en que subes más en el escalafón más difícil es comportarse honradamente. Yo he llegado a la conclusión de que ello es así porque, sencillamente, la gente de la calle queremos que así sea. No queremos políticos honestos, sino políticos que nos permitan vivir mejor, a costa de lo que sea. Cuando entré a trabajar en la Casa Consistorial me esperaba cualquier cosa de los políticos y mi idea previa efectivamente se cumplió. Lo que de verdad me sorprendió fue comprobar cómo se comportan los representantes de asociaciones y el pueblo llano en general. La mayoría de las veces con un egoísmo exacerbado, exigiendo al mandatario de turno cualquier cosa con fin de que resuelva sus problemas. Esto provoca una presión enorme en los políticos, que saben que el pueblo en demasiadas ocasiones «pasa» de explicaciones razonables en beneficio de hechos que le puedan beneficiar, con independencia de a quién perjudiquen.
Espero que no me malinterpretéis. No quiero ser un defensor a ultranza de los políticos, pero entiendo que no se puede pedir a la clase dirigente una virtud que realmente no posee la sociedad en la que vivimos. A fin de cuentas, los políticos provienen de la sociedad.