Gracias a este gran post de Alvaro Martín, que me ha hecho sentir nostalgia, me he animado a escribir sobre mi pequeña historia con la informática, algunas de las cosas que voy a contar ya han sido bocetadas en algunos de mis post anteriores, pero nunca las había juntado en uno. Una vez Fernando Plaza, en una de sus ralladas, me reto a hacer una especie de biografia, muy esquemática, de los hechos más trascendentes de mi vida, simplemente había que poner el acontecimiento (del tipo: traslado de lugar de residencia, mi primera novia chispas, ese logro que hizo que te sintieses orgulloso de ti mismo…) y la fecha aproximada. Me pareció un ejercicio no tan fácil como parece pero genial ya que el recorrido de algunos acontecimientos te llevaba a otros ya casi olvidados pero no menos importantes.
Mi primer acercamiento a una pantalla digital fue con una calculadora Texas Instruments que mi padre se trajo de suiza y que todavía hoy funciona a la perfección, me fascinaba ver moverse los números conforme hacía los cálculos, porque por supuesto, carecía de la inmediatez de cálculo de los dispositivos actuales, en una suma o resta era rápida, pero en una raíz cuadrada podía tardar algunos segundos durante los cuales la pantalla hacia chiribitas, como intentando demostrar el gran esfuerzo de proceso, en aquel entonces nosotros decíamos -Esta pensando!!-. Más tarde recibí un reloj digital Casio para niños que era una flipada también por su pantalla digital y también por la luz que salía al apretar un botón. Hacía muchos viajes al cuarto de baño, sin ventanas, para cerrar la puerta y ver la hora en la oscuridad. Cuando contaba con unos 5 o 6 años los reyes mayos nos trajeron a todos mis hermanos y a mí unos Atary 2600 en los que nos pasábamos horas jugando al comecocos y al Combat.
A partir de aquí estuve unos años sin conexión (y no me refiero a Internet), al menos consciente, con la tecnología emergente, hasta que vi, por primera vez, un Spectrum 16K de Fernando Plaza. Juegos que tardaban una eternidad en cargarse, gráficos rudimentarios con colores (que tenían que ocupar 8×8 pixels). Para comprarme mi primer Spectrum tuve que ahorrar cerca de 2 años, aunque como siempre mi padre se portó y cuando llego la hora, en vez de comprar el de 48K el puso la diferencia para comprar el +2, con 128k!!!!!!. En esta época hicimos los primeros pinitos con la programación con Fernando y Alvaro Richarte (ahora totalmente ajeno a la tecnología, pero un autentico genio por entonces) con algunos juegos muy básicos hechos en BASIC y algún intento de ensamblador que casi siempre acababa en frustración.
A la edad de 12 años me apunte a una academia de informática en la que aprendí DOS, BASIC, PASCAL, COBOL y C por este orden y creo que tuve la suerte tener buenos profesores, todos ellos me enseñaron la programación y muchas veces conceptos matemáticos que no había dado todavía en el colegio como matrices, ecuaciones y pilas. Fue una época que recuerdo con mucho cariño ya que además de pasármelo genial con los ordenadores conocí a mucha gente de todas las edades, por aquel entonces empezaba a estar de moda para engordar curriculum hacer cursos de informática por lo que te encontrabas en la misma clase un chaval de 14 años con una mujer de 40. En esta misma época y después de mucho tiempo de ahorro compré un PC1512 con una sola disquetera y sin disco duro, tarjeta gráfica CGA (es decir lo más básico de lo básico) con un procesador a 8mhz. Mi mayor logro de la época fue hacer un procesador de textos con corrector ortográfico.
Desde entonces hasta la carrera tuve otro parón, de varios años sin actualización tecnológica. Ya en la carrera, en el 95, tuve mis primeras experiencias con Internet y el Netscape, el IRC (cree el canal Albacete) y algún software de ingeniería, EUCLID, que funcionaba bajo UNIX. También nos enseñaron algo de Autocad. Todo de una manera muy leve y sinceramente no me llamaba mucho la atención. Eso sí la única matricula que he conseguido en mi vida la saqué en la asignatura de informática en la carrera, donde se daba programación de un modo conceptual mediante diagramas y esas cosas. Lo más tecnológico que tuve en esta época fue uno de los primeros móviles no analógicos. Un motorola 7200 que me duró operativo sus buenos 3 años.
En el 98 hice las prácticas en una agencia de publicidad de Valencia, Inédita, donde tuve mi primera aproximación a los Mac. Aprendí Photoshop y Freehand. Fue una época breve pero estupenda y aún hoy estoy agradecido porque la gente de esta empresa me trató de un modo fantástico y tuve la oportunidad de trabajar en un equipo humano haciendo tareas que iban más allá de las típicas de Becario. En esta época las copias de seguridad se hacían con cartuchos ZIP de Iomega que tenían una capacidad máxima de unos 250 megas. Por aquel entonces pasta 0 y mi único ordenador era uno de fosforo verde que tiraron en un contenedor de basura de la Universidad de Filología de Valencia pero que funcionaba a la perfección
Después de eso tocó empezar a buscarse la vida para hacerse un hombre de provecho y me puse a buscar trabajo, como me molaba mucho visitar la Fnac los domingos, eché un curriculum y me llamaron. Patrice (director de PT) considero que mis conocimientos informáticos de antaño (los títulos de programación) y mi francés básico (espero cachondeo de esto) eran más que suficientes para la labor de vendedor en la sección de informática. El problema es que sobre el papel yo sabía de informática, pero la realidad es que llevaba desconectado del mundillo más de 6 años. En mi vida había abierto un ordenador para cambiarle una memoria RAM o un disco duro aunque aprendí a la fuerza de hacerlo como algo cotidiano. Empecé en las navidades del 98 en la Fnac y allí empezó todo de nuevo. Por aquel entonces la sección de informática era un cajón desastre de todo tipo de aparatos, todo lo que no fuera analógico se quedaba allí. Ahora los MP3 están en la sección de sonido, en aquel entonces estaban en Informática, lo mismo con las cámaras digitales e incluso con la telefonía (una verdadera locura). Todo lo que fuera nuevo se quedaba allí. Esto que podía llegar a ser una agobio por la cantidad de información que teníamos que tener, en realidad me sirvió para saber de todo un poco y poder trastear con aparatos que ni en sueños podría comprar. Muchos fines de semana te llevabas algún aparatejo a casa para probarlo y luego poder aconsejar en condiciones a los clientes. Esto me ayudo mucho a darme cuenta que muchas de las cosas que consideras imprescindibles tecnológicamente luego no les sacas el partido que pensabas con lo que me ahorré mucho dinero.
PDAs (Palm, Psion y con Windows CE) , portátiles, los primeros iMacs, las primeras grabadoras de CD, las tarjetas de televisión para el ordenador que decodificaban canal +, cámaras digitales de 2 megapixels que valían 300.000 pts y los primeros monitores planos. Vamos la releche para un flipao como yo. Por aquel entonces empecé a comprarme la revista PC-Actual para estar informado y al día de todas las cosas, no me dejaba ni un renglón sin leer y me sirvió de mucho en mi trabajo. Por eso ahora tengo un orgullo especial en ser colaborador mensual de la revista. He de decir que desde el principio de mi estancia en la FNAC cuando no sabía algo simplemente le preguntaba a los compañeros o llamaba al distribuidor para que me resolviera dudas, comento esto porque, aún hoy, sigo sin entender porque cuando preguntas a un vendedor y no sabe algo simplemente se lo inventa o te contesta con algo que no tienen nada que ver, máxime cuando ahora en cuestión de segundos puedes consultar casi cualquier cosa en internet. Como curiosidad el único capricho que me compré trabajando allí fué un Psion serie 5 que tenía el sistema operativo EPOC, que es el predecesor de Simbian. Con diferencia las mejores PDAs del mercado a pesar de que no eran ni mucho menos las más conocidas. El servicio técnico y la distribuidora Españoles eran un desastre.
La Fnac en Valencia fué la releche, era un trabajo pero más bien parecía un viaje de fin de curso continuo. Muy buena gente de la que todavía conservo grandes amigos. Luego vino la Fnac Madrid donde todo cambió radicalmente y donde me fuí a los 4 meses de llegar aunque a nivel tecnológico el sistema era el mismo.
El después de eso lo dejo para otro post, pero digamos que empecé con el tema de la programación web y a reencontrarme con mi pasado de programador. Como curiosidad hice la primera página web del grupo M-Clan que justo salia con el lanzamiento de su «sin enchufe» y su famosa Carolina. El resto, insisto, lo dejo para otro post. Es historia relativamente reciente y todavía tengo que asimilarla para poder escribir aobre ella.
Otro excelente post. Esperemos que el capítulo 2 entre en esta edición del reto y puedes dejar el tres para la siguiente.
Muy bueno Pablo y muchas gracias por la referencia.
A mi lo que me da pena es que la ilusión de esos años por la informática, en mi caso, se ha esfumado… cada día entiendo más a Richarte 😉
Muy interesante la historia, me ha gustado bastante para ser un post tuyo…
Curioso saber los entresijos de un friki de vocación
Gran post
Gracias por la referencia.
¿Te acuerdas como se llamaban los profesores de la academia de informática? Del primero no consigo acordarme, pero me suena que hubo uno que se llamaba Gustavo, y eran estudiantes universitarios, aunque a nosotros nos parecían que heran hombres muy mayores, je, je.
Estudiar programación abre un mundo de oportunidades. No solo desarrollas habilidades técnicas, sino que también fomentas la creatividad, resolución de problemas y contribuyes a la innovación tecnológica en constante evolución.