No soy crítico de arte, no soy artista, simplemente me gusta el arte. Todo empezó en COU, en historia del arte, gracias a un profesor de mi instituto qué, además de ser exigente con el temario, se preocupo de que al menos intentáramos entender algo y supiesemos valorar las obras dentro de un contexto, de la historia, lo que me llevo a aprender y a entender (que no siempre van juntos) que sin conocer la historia de un cuadro, de un artista, del momento de su creación no se pueden apreciar las obras de arte en toda su magnitud.
A lo largo de esta historia, el arte esta lleno de inconformismo, de vida, de muerte, de creencias y en muchas ocasiones, de transgresiones, estas transgresiones, pequeñas, grandes, radicales o sutilies, hacen que el arte evolucione. Picasso, Van Gogh, Rothko, son transgresores que rompieron con lo que había antes y que condicionaron a las generaciones futuras, algunos incluso después de su muerte.
Como del súmmun de la transgresión podemos citar a Marcel Duchamp, que con su «Fuente» en 1913 no fué comprendido ni por sus propios compañeros. Ahora es una de las obras más influyentes de arte y abrió un nuevo camino a la libertad interpretativa del espectador. Estamos hablando de 1913!!!, un tipo coje un urinario y lo llama «la fuente», además lo hace como crítica a lo que sucedía en el mundo del arte en aquellos momentos. Duchamp estaba haciendo su propio Quijote. Lo que me resulta increible es que alguien lo comprendiese, debo de reconocer que yo no creo que lo hubiera valorado en su tiempo, todo lo más me hubiera hecho esbozar una sonrisa.
Esto no quita para que crea que estamos rodeados de nuevos «artistas» que están más preocupados por aparentar con su vestimenta que son artistas a verdadaderamente serlo y de seguidores avidos de creer en el «artista» que se parece más a un PseudoJesucristo que a un desgraciado sin ideas que es lo que verdaderamente es. Por poner un ejemplo mi visita a la Tate Galery en Londres en muchos casos fué una autentica decepción (no en todos), y ni tan siquiera consiguió que esbozara la famosa sonrisa. Veo las tendencias de algunos en Ferias como ARCO y no salgo de mi asombro, aburrido eso sí. Ante esto muchos dirán que precisamamente eso, la decepción, es quizá lo que quieren conseguir los artistas. Si, quizá. Hacer «La fuente» tuvo mucho mérito, aunque sólo sea por su originalidad y en el tiempo en que se hizo, si ahora cojo un grifo de cocina, de esos que hacen una curva de 180 grados y lo llamo en «El amante decepcionado» no tengo ningún mérito.
Otro de mis profesores favoritos, de los que también me ayudaron apreciar el arte, Vicente Latre, nos comento en una ocasión que Picasso decía algo así como que «El arte es un conjunto de pequeñas mentiras para expresar una gran verdad». Debe haber verdad en el arte, sin esta esta vacio, carente de significado.
Para terminar otra frase de Picasso que viene muy al hilo del post.
Un pintor es un hombre que pinta lo que vende. Un artista es un hombre que vende lo que pinta.
Las obras de arte no solo embellecen nuestro entorno, sino que también nos invitan a reflexionar, explorar nuevas perspectivas y conectar con las emociones. Son expresiones únicas que nos transportan a mundos imaginarios y reales.