Viene de Sensaciones traidas de Nueva York I
Hay muchos perros en NY, la mayoría, la inmensa mayoría no son de raza, más bien son lo que aqui llamaríamos chuchos, dato que me alegra enormemente, además el civismo de sus dueños está años luz de aquí, es complicado encontrarte una milhoja humeante por las aceras de Nueva York. Por otro lado el mejor amigo del hombre tiene derecho a entrar en la mayoria de establecimientos, así me sorprendio enormente en la tienda Apple de Soho (menos gente y casi el mismo tamaño que en la Quinta) ver a los perros como estaban subidos en las mesas mientras los vendedores explicaban a sus dueños detalles técnicos.
Todo en muy grande, pero, en mi cosa, me esperaba que lo fuese más. EL Madison Square Graden es gigantesco pero no tanto como lo parece en la primera escena de los Inmortales, Central park es la releche, pero nunca me imagine que se pudiera ver el otro lado, el edificio de Friends es minusculo…
Es una gozada ver a cada paso que das, escenarios de peliculas, más si vas con el listo que todo lo sabe… en este caso mi amigo José.
Esperaba encontrar muchos gordos en NY, no hemos visto casi ninguno, escepto cuando me paraba y me veía reflejado en un escaparate. Una vez lei que la gente ed NY hace una media de 6 kilometos diarios andando, nada que ver con el resto de Estado Unidos.
La mayoria de las plantas ornamentales en las calles son una suerte de lechugas que seguro no estan malas en una ensalada.
Los adornos navideños de la ciudad son escasos, sin embargo los escaparates se encargande contrarestarlo.
Los precios, al menos de momento merecen la pena, estamos hablando de media de un minimo de 30% en descuento en ropa y tecnológia.
Paseando, encuentrar pequeños trozos de otras ciudades del mundo, pequeños trozos de Londres, de Paris… si te enseñasen una foto no podrías decir con seguridad que son de estas ciudades.
P.D: Estos 4 últimos post se los debo a Fernando, estaba derrotado despues del viaje de vuelta, pero sus animos me dado fuerzas. Te arrepentirás cuando gane el Reto.
Un comentario en «Sensaciones traidas de Nueva York II»