Siempre fui tirando a alto en mi infancia, actualmente mi 1,82 no es nada prodigioso pero tampoco me quejo. La cuestión es que a pesar de que siempre aparente tener más años de los que tenía, en la actualidad pasa lo mismo, no me he podido librar de ciertas cosas que hacían que pensará que el mundo de los mayores era bastante estúpido, cosa que corroboré con el simple devenir de los años, y que demuestran que tenía un mente inocente e impía ya que no llegue a alcanzar la verdadera magnitud de esta estupidez. Empiezo a enumerar algunas de ellas, seguro que muchas os suenan…
Hablarme con voz de pito: esto es un clásico de Cole Porter y que gente de mi generación y anteriores tienden a repetir como una maldición perenne en el tiempo. Recuerdo perfectamente a gente a la que llegaba a la altura de las rodillas preguntándome con voz de pito si era un niño bueno… patético, al menos no me confundían con una niña.
¿A quién quieres más, a tu papa o a tu mama?, pregunta estúpida donde las haya y que sólo pretendía sembrar cizaña. Estaba la cosas como para responder a esa pregunta, además la respuesta era obvia, al que menos me hubiera regañado a lo largo del día.
Consultarme el tiempo: Entiendo que subir en un ascensor con un nano puede resultar incómodo, pero de ahí a preguntarle sobre el tiempo y pasarle el parte meteorológico… A esa edad, gracias a dios, si hace calor te lo pasas bien, si llueve te lo pasas mejor y si graniza y ves como se abollan los coches ni te cuento.
Este niño ya es un hombre!: y una mierda!!, por eso tengo que pedir permiso para tomarme la coca-cola de los domingos o para salir a jugar a las canicas. Sin embargo si que era un hombre para hacerme la cama o recoger la cocina.
Pero entre todas las cosas, entre todos los despropósitos creados por los mayores para hacer la vida más difícil a un niño y que en la actualidad es casi imposible que suceda es ser el mando a distancia de tu casa, si, yo tuve tele con mando a distancia ya muy entrados los 12 o 13 años, fue a esa edad cuando empecé a conseguir cierta independencia, ya que hasta el momento me daba la sensación de estar atado con una cuerda a la tele. Que hay anuncios… Pablo baja el volumen… que hay un telediario… sube el volumen. Que estoy en otra habitación, no pasa nada, te llaman para cualquier tontería y aprovechan para decirte que subas o bajes el volumen.
Como veis aún siguen preguntándome si soy medio normal… Pues como voy a serlo!!!, supongo que en la actualidad estan son las fustraciones de las que hablan en el telediario y a las que no se puede exponer a un niño de de hoy en día, es mucho mejor que se exponga a todas las fustraciones del mundo cuando haya cumplido los 18 años.
jaja, muy bueno Pablo, muy bueno, llevas toda la razón. Yo tambien me acuerdo de esas cosas,jajaj. Pero de lo que más me acuerdo es cuando ibas de paseo y te iban presentando a gente y te decía «que grande está ya», y tener que darle dos besos a gente que ni he vuelto a ver, y tu ahi dando los besos sin ganas