Desde mis comienzos con el Spectrum imaginé muchas cosas de las que los ordenadores podrían ofrecernos en el futuro, e incluso con la mente voladiza e insegura (al menos la mía lo era) de un niño, he de reconocer que me quedaba corto, los actuales gráficos de los videojuegos, jamas llegué a imaginarmelos, las comunicaciones entre hombre computadora a distancia en Juegos de Guerra me parecían imposibles y el hecho de no volver a mandar una carta manuscrita en años una quimera.
Ahora bien, fue, creo recordar a medidados de los 90 cuando los medios de comunicación hablaban y hablaban de algo que iba a ser la revolución, algo que cambiaría nuestras vidas. Se gestaba la Realidad Virtual.
Viajar sin moverte de casa, montar en montaña rusa (creo que esto lo vi en una película), amar (con la concepción más sexual de la palabra) a alguien inexitente en realidad o curiosamente parecido a alguno de nuestros idolos, visitar museos al otro lado del charco. Todas estas cosas y muchas más que seguro que vuestras retorcidas mentes llegan a imaginar parecian estar a la vuelta de la esquina. Es cierto que ahora operan a miles de kilometros de distancia, que la gente se enamora chateando, pero eso queda lejos, lejos de esas promesas, parecía que inmenentes ya, de poder ir a nueva york y ver las cosas como si estuvieras allí, girar la cabeza y que todo se mueva a tu alrededor, tocar una piel generada por ordenador y sentir escalofrios de placer y sobre todo poder acompañar a Huma en Kill Bill para que no esté tan sola toda la pelicula.
¿Donde estas realidad virtual?, no te conozco y ya te echo de menos.
¿Te gustan las películas de gladiadores?
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